Todo empezó cuando tenía 3 años. Una pequeña mancha apareció en mi barbilla, yo no dejaba de arrancarme la costra que salía y mi madre decidió llevarme al médico de cabecera. El médico le dijo a mi madre que me llevara al dermatólogo porque parecía psoriasis. Me llevaron al dermatólogo y efectivamente era psoriasis, una enfermedad que me arruinaría una parte de mi vida… He estado toda mi vida a base de cremas, algunas funcionaban y la gran mayoría no hacía nada. Daivobet ha sido mi mejor amiga durante estos 12 años. Ahora tengo 15 años y estoy aprendiendo a querer mi cuerpo tal y como es, con esas manchas blancas de psoriasis que a algunas personas les produce asco. El verano de 2013 opté por no ponerme pantalones cortos ni camisetas cortas porque me daba vergüenza que se vieran esas manchas. Ahora lo pienso y veo que fui tonta, no debía importarme lo que la gente decía pero la verdad es que me importaba muchísimo lo que pensaran. Ahora me da igual lo que digan de mi cuerpo y me da igual que me miren como si fuera un bicho. A la que le tiene que gustar mi cuerpo es a mí, no a los demás, así que al que no le guste, que no mire.
¡Bravo, Carla! Esa es la actitud. A veces es difícil llegar a esa conclusión, pero admiro tu valentía y tus ganas de ser tú misma. ¡Me ha encantado tu post!