Quiero irme, salir de este cuerpo herido y cansado de tantas guerras en sepia que lucen en mi historia.
Ya lo había olvidado. La libertad de estos años me llevó a pensar que había conseguido desertar y nada me perseguía.
Pero retorna la contienda y debo escoger de entre todos los corajes el que más detesto, limpiar de malos recuerdos mi fusil, defenderme sin parapeto de estas balas silenciosas que me acosan a traición…
Vuelvo a la batalla, sí, pero el país a conquistar es diferente y se impone la esperanza de conseguir una nueva victoria que me condecore como buena soldado.
Intentaré no morir, apretaré los dientes y miraré de frente al enemigo, observaré sus movimientos por la mañana y le alentaré para que desaparezca un minuto después.
Pero si caigo herida, si un proyectil de desánimo me cruza el alma y me atacan lágrimas de rendición, si el dolor me hace desfallecer, cógeme en tus brazos, amor, y bésame…
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